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Me interesaba mucho el cambio del uso de carpe diem en los poemas que hemos leído. En los sonetos de Góngora y de la Vega, el carpe diem es algo deseable y empoderamiento, pero en el poema de Sor Juana, el carpe diem solamente distrae de Dios con vicios mundanos. Pero, los tres poemas usan carpe diem para su propio programa. Góngora y de la Vega quieren relaciones carnales con una muchacha y Sor Juana quiere promover la vida virtuosa. Hay que tener cuidado leyendo poemas. Es muy fácil creer que los hablantes son completamente altruistas porque el lenguaje es hermosa, o no sé que. A mí, me fastidia cuando yo leo un poema, y por falta de atención, yo malinterpreto le poema. Y algo que pensaba que fuera un lindo poema sobre el amor inmortal de verdad trata de lujuria. ¿La moraleja? No confíes en un poema solamente por su bella lenguaje, porque siempre tienen un programa.
~Xandra
Los problemas con la poesía son muchos. El lenguaje poético de muchos textos nos presenta retos de interpretación. Los tropos y figuras retóricas hacen lo suyo. Sin embargo, el problema más grande de la poesía somos... nosotros. Empeñados en encontrar significados y moralejas autorizados, muchas veces proyectamos esta urgencia sobre textos que para nada se ajustan a nuestras expectativas. Por otra parte, también está el hecho de que escribir poesía en los siglos XV, XVI o XVII era una tarea algo diferente. Contaban Garcilaso, Lope, Santa Teresa, Góngora, Sor Juana, Quevedo, etc. con un inmenso público que tenía una profunda cultura oral. No sabrían leer pero sabían escuchar mil veces mejor que nosotros. La poesía, más aún, era un fenómeno "popular", es decir, tanto la gente humilde como los grandes cortesanos gustaban de la poesía. El número de poetas, por ende, era enorme. Hoy día todo esto es radicalmente diferente. Perdemos la capacidad de leer y escuchar. Nuestra cultura es visual y centrada en torno al video. Sencillamente, no sabemos qué hacer ante un poema.
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